Insecticidas
Se usan para exterminar plagas de insectos.
Actúan sobre larvas,
huevos o insectos adultos. Uno de los
insecticidas más usado fue el DDT,
que se caracteriza por ser muy rápido. Trabaja por contacto y es absorbido por
la cutícula de los insectos, provocándoles la muerte.
Este insecticida puede mantenerse por 10 años o más en los suelos y no se
descompone.
Se ha demostrado que los insecticidas organoclorados, como es el caso del DDT, se introducen en
las cadenas alimenticias y se concentran en el tejido graso de los
animales. Cuanto más alto se encuentre en la cadena -es decir, más lejos de los
vegetales- más concentrados estará el insecticida. Por ejemplo si se tiene: En
todos los eslabones de la cadena, existirán dosis de insecticida en sus
tejidos. Sin embargo, en el carnívoro de 2° orden, el insecticida estará mucho
más concentrado.
El problema de la contaminación por
plaguicidas es cada vez más grave tanto por la cantidad y diversidad como por
la resistencia a ellos que adquieren algunas especies, lo que ocasiona que se
requiera cada vez mayor cantidad del plaguicida para obtener el efecto deseado
en las plagas. Sin embargo, la flora y fauna oriundas es afectada cada vez más
destruyendo la diversidad natural de las regiones en que se usan. Además pueden
ser consumidos por el hombre a través de plantas y animales que consume como
alimento.
Hay otros insecticidas que son usados en
las actividades hortofrutícolas; son biodegradables
y no se concentran, pero su acción tóxica está asociada al mecanismo de
transmisión del impulso nervioso, provocando en los organismos contaminados
una descoordinación del sistema nervioso.
Fungicidas
Son un tipo de compuesto químico que
destruye la vegetación, ya que impiden el crecimiento de los vegetales en su
etapa juvenil o bien ejercen una acción sobre el metabolismo de los vegetales
adultos. Esto conlleva que las aves que se alimentan de la vegetación rociada
con estos herbicidas caigan contaminados y mueren.